No sé si por ahorrar o por snobismo, pero yo, culo inquieto, tenía que probarlo.
Decidí probar con unos tomates pera aliñados con hierbas provenzales y pimienta.
De primera sólo necesitas unos buenos ingredientes y un bote de cristal de esos de los de toda la vida que cierran herméticamente.
Al final salió una conserva de tomates confitados que no estaban nada mal. Como acompañamiento e incluso solos o en ensalada estaban buenísimos.
No es que sea la panacea pero sí una idea más para probar y experimentar.
Y si os poca la curiosidad y queréis ver más posibilidades pasaros por el blog de Lisa: Ecocucina
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